Montpellier, buscando un lugar perfecto
Publicado por Ra Moon
Por mucho que viaje, más me parece que hay pocos lugares tan privilegiados en el mundo como la costa del arco norte del Mediterráneo. Por supuesto que el mío es un punto de vista totalmente parcial y sesgado, ya que creer que tus orígenes se encuentran en una zona rica en historia, en monumentos, donde se come bien, con un agradable clima templado y de ciudades pobladas por gente hermosa y acogedora, eso le ocurre a cualquiera... ¿no?
Establecidas estas coordenadas aproximadas, lo difícil es dar con el lugar preciso que lo tenga todo, con el punto certero donde hay que estar cuando ocurra la próxima alineación planetaria. Entonces, sin que me guste especialmente la petanca o el pastís, Montpellier es una firme candidata a cuartel general, a campamento base para el bon vivant desde donde preparar el asalto y la exploración del ancho mundo. Veamos por qué:
Establecidas estas coordenadas aproximadas, lo difícil es dar con el lugar preciso que lo tenga todo, con el punto certero donde hay que estar cuando ocurra la próxima alineación planetaria. Entonces, sin que me guste especialmente la petanca o el pastís, Montpellier es una firme candidata a cuartel general, a campamento base para el bon vivant desde donde preparar el asalto y la exploración del ancho mundo. Veamos por qué:
No hay aquí realmente ningún gran monumento que merezca la pena cruzar los siete mares para ser visitado. No es necesario levantarse pronto para ir a hacer cola al museo, los turistas hasta ahora no abundaban en Montpellier.
Imagen Geoffrey Froment
En su lugar, la inmensa mayoría de los edificios de su casco antiguo son construcciones originales medievales de piedra blanca por donde perderse. Imagen Maevo66
Aquí es el conjunto y la suma de cientos de calles, plazas y detalles los que te hacen olvidar los horrores arquitectónicos que trajo consigo la posguerra. Imagen Geoffrey Froment y Trey Ratcliff
Aún así, entre sus edificios notables encontramos su particular catedral, hundida en la parte baja de la ciudad, al contrario de lo que suele ser habitual. A su lado está la más antigua facultad activa de medicina del mundo, donde tenían que ir con cuidado que sus vecinos no les quemaran por herejes cuando realizaron la primera autopsia humana.
Imagen Wolfgang Staudt
Las torres de la portalada de esta catedral-fortaleza le confieren un aspecto ciertamente peculiar.
Imagen Nick Thompson y Trey Ratcliff
Pero lo mejor de todo es que una vez que nos hemos cansado de pasear y creemos haberlo visto todo, en Montpellier resulta muy difícil aburrirse. Imagen Sergi Nog
Siempre hay alguna buena excusa para salir, ya sea para celebrar que ha llegado la nueva cosecha de vino Beaujolais, la fiesta de la música o por algún festival. No perdáis la ocasión para socializar y conocer gente interesante por ahí.
Imagen Fabien Martinez
Otra de las ventajas de instalarse aquí es su escala, aunque si te gustan las grandes ciudades quizá se te haga un poco pequeño. Imagen Crash
Pero si eres de los que no les gusta esperar a que tus amigos tengan que cruzar la ciudad en metro para disfrutar de tanta bonheur, los puntos son para Montpellier. Imagen Andrea Ciambra
Porque aunque tan sólo vivan aquí unos 250.000 habitantes (medio millón con el área metropolitana), uno no tiene la impresión de estar en una ciudad provinciana de la periferia. Imagen Strapontins
Quizás sea su amplia población joven y universitaria la que sostiene su carácter abierto y tolerante.
Imagen Valdosilasol
Todo envuelto en un elegante look retro entre la Dolce Vita y un anuncio de Martini.
Imagen Marco Fieber
Montpellier ha llegado a ser tachada como una ciudad un poco megalómana, ya que los grandes proyectos urbanos no se han dejado de suceder. Imagen Wolfgang Staudt
Su buque insignia fue la construcción del barrio del Antigone, una área en el que se levantaron ultra-modernos edificios y equipamientos de uso público inspirados en la Grecia antigua, pero a una escala siempre ajustada al tamaño de la ciudad.
Imagen Éole Wind
Paseando te encuentras con réplicas de algunas de las más conocidas estatuas clásicas como la Victoria de Samotracia. La verdad es que tiene un aire un poco irreal, parece que estás dentro de un decorado de película o de un escenario, un poco como en el barrio del EUR en Roma. Imagen David Olivari
También puedes ir a todas partes en bici o subirte al tranvía para llegar hasta un lugar imprescindible... ¡la playa!
Imagen Wolfgang Staudt
Casi se nos olvida hablar de las bondades del tiempo: unas prácticas montañas al oeste protegen la ciudad de las nubes provenientes del vecino clima atlántico. Esto significa sol en abundancia para disfrutar de las estrechas franjas de playa, que tienen un lago a un lado y el mar al otro. Imagen Sabin Paul Croce
Desde los Pirineos a los estuarios de la Camarga, los parajes naturales que rodean la región del Languedoc son otra de sus delicias. Imagen Franck. Minez
En la sección monumentos cercanos, el formidable Pont du Gard es el acueducto romano más alto de la historia. Nimes, Arles o Avignon son algunos de los cientos de lugares donde seguir experimentando altas cotas de arte y de belleza.
Imagen Brian Smithson
Otro puente asombroso, el Viaducto de Millau, une la región con la Francia central. Barcelona al sur, queda a menos de cuatro horas. ¿Y tú, dónde te quedarías a vivir por un tiempo?
Imagen Chris Willis
Este artículo forma parte de la iniciativa 100 ciudades donde intercambiar casa antes de morir de Knok.com
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Fantástico! Y premonitorio, porque este fin de semana estaremos por allí.
ResponderEliminarGran gran blog, GRACIAS!
¡Qué suerte! Gracias Jorge, pasáoslo muy bien.
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