Isla Magdalena: Bailando con pingüinos
Publicado por Ra Moon
Imagínate dentro de un documental de National Geographic, rodeado por miles de pingüinos y gaviotas cagándosete encima, en la patagónica Isla Magdalena, en el extremo sur de Chile.
Después de desembarcar en la playa al estilo Día D, tienes tan sólo una hora para correr a conquistar la cima de la colina donde se encuentra el faro, tratando por el camino de disparar (con la cámara) a todos los pingüinos que puedas. En el camino, fuertes ráfagas de viento disminuirán tu avance, al tiempo que hay que evitar el bombardeo de las aves y acordarte de cerrar la boca.
Después de desembarcar en la playa al estilo Día D, tienes tan sólo una hora para correr a conquistar la cima de la colina donde se encuentra el faro, tratando por el camino de disparar (con la cámara) a todos los pingüinos que puedas. En el camino, fuertes ráfagas de viento disminuirán tu avance, al tiempo que hay que evitar el bombardeo de las aves y acordarte de cerrar la boca.
A pesar de todo, estoy hecho un Rambo que consiguió las mejores imágenes del Monumento Natural Los Pingüinos.
Los pingüinos son aves no voladoras que nadan como peces, caminan como un borracho y les encanta juntarse para ofrecer un concierto de graznidos.
Al igual que en un campo de batalla, la superficie del terreno está plagada de agujeros, excavados por los pingüinos para hacerse el nido.
Sí, confirmado. Los pingüinos son muy monos y sentirás el impulso de adoptar uno como mascota.
Según fuentes contrastadas, cerca de 60.000 parejas de pingüinos de Magallanes llegan aquí cada verano austral para criar. Sin embargo, sólo alrededor de 9.000 seres humanos visitan la isla cada año, ninguno de ellos para dar a luz.
No molestar: gaviotas en reposo.
El pingüino de la esquina inferior derecha parece tan asombrado como lo estaba yo, observando estas aves flotando en el cielo. Al igual que una cometa, en lugar de volar de un sitio al otro permanecían suspendidas en el aire, jugando con las fuertes rachas de viento.
Otro divertido pasatiempo aquí es ir a pescar y no ser pescado por las orcas asesinas.
Vista periscópica del objetivo, justo antes de desembarcar.
Básicamente se puede llegar a la isla después de dos horas de viaje en una lenta barcaza, o a bordo de una zodiac, si el mar lo permite.
Cormoranes en una hermosa puesta de sol en Punta Arenas, la capital regional, desde donde puedes embarcarte a Isla Magdalena.
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